Don Bosco, conocido como San Juan Bosco, fue un sacerdote italiano del siglo XIX que dedicó su vida a la educación y formación de jóvenes. Una de las características más destacadas de su pedagogía fue el valor que le otorgó al juego y al entretenimiento como parte fundamental del proceso educativo. En este artículo, exploraremos los juegos y juguetes que Don Bosco disfrutaba, así como su enfoque pedagógico basado en el juego y el entretenimiento.
Los juegos de Don Bosco
Don Bosco era un niño muy activo y juguetón. En sus propias palabras, describió cómo disfrutaba de juegos como los dados, el salto mortal, la golondrina (un juego de equilibrio), caminar sobre las manos, saltar y bailar sobre la cuerda. También se destacaba en juegos de destreza como los naipes, el tarot, el balón y el tejo. Incluso incursionó en el arte de la prestidigitación, sorprendiendo a los demás con trucos de magia y ilusionismo.
Estos juegos y entretenimientos eran una parte importante de la vida de Don Bosco, tanto en su infancia como en su etapa de formación en la ciudad de Chieri. Participaba activamente en actividades como el canto, la música, la declamación y el teatro. Además, disfrutaba de juegos al aire libre como la pelota, las bochas, los zancos, las carreras de embolsados, las hamacas y la calesita. También se divertía con juegos de salón como la oca, las damas, el ajedrez y la tómbola.
Don Bosco entendía que el juego y el entretenimiento eran una forma de aprendizaje y desarrollo integral para los jóvenes. Estos juegos no solo promovían la diversión y la alegría, sino que también estimulaban habilidades físicas, cognitivas y sociales. A través del juego, los jóvenes desarrollaban su imaginación, creatividad, trabajo en equipo y resolución de problemas.
El juego como dimensión educativa en el Oratorio de Valdocco
Don Bosco fundó el Oratorio de Valdocco, un centro de educación y formación para jóvenes en Turín, Italia. En este lugar, el juego y el entretenimiento eran elementos centrales en la vida diaria de los jóvenes. En sus Memorias del Oratorio, Don Bosco menciona la palabra juegos 24 veces, entretenimiento 28 veces, recreación 39 veces y partidas 3 veces. Esto refleja la importancia que le daba a la recreación como parte esencial de su enfoque educativo.
En el Oratorio de Valdocco, los jóvenes disfrutaban de una variedad de juegos y actividades recreativas. Además de los juegos mencionados anteriormente, se practicaban juegos gimnásticos como las paralelas, la barra fija, las cuerdas y las carreras. También se llevaban a cabo juegos por equipos, como la bara rotta y el marro. Don Bosco buscaba que los jóvenes se divirtieran y se sintieran felices en el Oratorio, creando un ambiente de fiesta continua.
Es importante destacar que los juegos en el Oratorio de Valdocco estaban en sintonía con la época y el contexto en el que se encontraban. Durante esos años, el Piamonte, la región donde se ubicaba el Oratorio, vivía tiempos de guerra. Los juegos de estrategias bélicas eran populares entre los jóvenes, y Don Bosco los incorporó permitiendo que realizaran maniobras en el patio del Oratorio. Incluso contaba con la participación de un exsoldado retirado, José Brosio, quien se vestía uniformado y organizaba juegos de guerra imaginarios.
El juego y el entretenimiento en el Oratorio de Valdocco no solo eran una forma de diversión, sino que también tenían un propósito educativo. A través de los juegos, Don Bosco buscaba transmitir valores como el trabajo en equipo, la disciplina, la solidaridad y el respeto por los demás. Los jóvenes aprendían a través de la experiencia lúdica, desarrollando habilidades y actitudes que les serían útiles en su vida cotidiana y futuras responsabilidades.
El legado de Don Bosco en la educación a través del juego
El enfoque de Don Bosco en el juego y el entretenimiento como herramientas educativas sigue siendo relevante en la actualidad. Su pedagogía, conocida como el Sistema Preventivo, se basa en tres pilares: razón, religión y amor. Don Bosco entendía que para educar a los jóvenes, era necesario establecer un vínculo de amor y confianza con ellos, acompañándolos en su desarrollo integral y brindándoles oportunidades de aprendizaje a través del juego.
El legado de Don Bosco ha trascendido el tiempo y el espacio, influyendo en la educación de jóvenes en todo el entorno. Su enfoque pedagógico ha sido adoptado por muchos institutos, colegios y centros educativos salesianos, quienes continúan promoviendo el juego y el entretenimiento como parte fundamental de la formación de los jóvenes.
Don Bosco entendía la importancia del juego y el entretenimiento en la vida y educación de los jóvenes. A través del juego, los jóvenes desarrollaban habilidades físicas, cognitivas y sociales, además de aprender valores y actitudes positivas. Su enfoque pedagógico basado en el juego y el entretenimiento continúa siendo relevante en la actualidad, demostrando que el aprendizaje puede ser divertido y significativo.
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