René Higuita, el icónico portero colombiano, fue conocido por su estilo de juego único y sus jugadas extravagantes en el campo de fútbol. Aunque su forma de jugar no encajaría en el fútbol moderno, Higuita dejó una huella imborrable en la historia del deporte. En este artículo, exploraremos las mejores jugadas de Higuita y su impacto en el fútbol colombiano.
El camino del escorpión
Una de las jugadas más famosas de Higuita fue el escorpión. En un partido amistoso contra Inglaterra en el estadio de Wembley, Higuita despejó un balón de una manera espectacular, suspendido en el aire y con el talón de ambos pies. Esta jugada se convirtió en un símbolo de su estilo de juego arriesgado y poco convencional.
El escorpión no fue la única jugada destacada de Higuita. También era conocido por salir con el balón jugado desde el área, desafiando las convenciones del juego de portero tradicional. A menudo se le veía driblando a los delanteros rivales y participando en jugadas de ataque. Su habilidad con el balón le valió el apodo de el loco y le hizo destacar en un deporte dominado por la ortodoxia táctica.
La ley Higuita
La influencia de Higuita en el fútbol va más allá de sus jugadas espectaculares. Se le atribuye haber inspirado un cambio en las reglas del juego conocido como la ley higuita. Antes de su época, era común que los defensas cedieran el balón a los porteros, quienes podían atraparlo con las manos sin restricciones. Higuita rompió con esta norma al salir jugando con el balón en los pies, lo cual hizo que la FIFA modificara las reglas en 1992, prohibiendo a los porteros atrapar el balón con las manos si les era cedido por un compañero con el pie.
Higuita se enorgullece de haber dejado este legado en el fútbol y de haber contribuido a hacer el juego más ágil y emocionante. Aunque es difícil atribuir el cambio de reglas únicamente a Higuita, su estilo de juego desafiante sin duda influyó en la percepción de los porteros y en la evolución del juego.
El éxito y los desafíos de Higuita
Aunque Higuita es conocido por sus jugadas extravagantes, también tuvo momentos de gran éxito en su carrera. En 1989, fue fundamental en la victoria del Atlético Nacional de Medellín en la Copa Libertadores, convirtiéndose en el primer equipo colombiano en ganar el prestigioso torneo. En la final, Higuita detuvo cuatro penales y marcó uno, siendo el héroe del equipo.
Sin embargo, la vida de Higuita no estuvo exenta de desafíos. En 1993, se vio involucrado en un caso de secuestro y fue encarcelado durante nueve meses. Aunque fue absuelto de todos los cargos, se perdió la oportunidad de participar en el Mundial de 1994, en el cual Colombia tenía grandes expectativas. Afortunadamente, fue liberado gracias a la muerte de Pablo Escobar, el líder del cartel de Medellín, quien estaba involucrado en el caso de secuestro.
El legado de Higuita
A pesar de los altibajos en su carrera, Higuita dejó un legado duradero en el fútbol colombiano y en el fútbol en general. Su estilo de juego arriesgado y espectacular lo convirtió en un ícono del deporte. Aunque su forma de jugar no encajaría en el fútbol moderno, su valentía y su habilidad con el balón inspiraron a futuros porteros a salir de su área y participar en el juego de ataque.
Higuita también fue un ejemplo de superación personal. A pesar de enfrentar desafíos y adversidades, logró reponerse y seguir adelante en su carrera. Su pasión por el fútbol y su dedicación al deporte son ejemplos para futuras generaciones de jugadores.
René Higuita fue más que un portero excéntrico con jugadas espectaculares. Fue un pionero que desafió las convenciones del juego y dejó un legado en el fútbol. Sus mejores jugadas y su estilo de juego único lo convirtieron en una figura icónica en la historia del deporte. Aunque su carrera tuvo sus altibajos, su pasión y dedicación al fútbol lo convierten en un ejemplo a seguir para futuros jugadores. El legado de Higuita perdurará en la memoria de los aficionados al fútbol y su impacto en el juego nunca será olvidado.
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