En el entorno de la ciencia, existe un juego subyacente que los científicos juegan de manera constante y que determina su éxito y reconocimiento en la comunidad científica. Este juego, conocido como el juego de la ciencia, se basa en la teoría de juegos y tiene como objetivo principal persuadir a los colegas de la validez e importancia de sus descubrimientos.
¿Qué es el juego de la ciencia?
El juego de la ciencia se puede entender como un juego de persuasión en el que los científicos buscan que sus colegas reconozcan públicamente la corrección y relevancia de sus investigaciones. En este juego, lo que realmente motiva a los científicos es que sus trabajos sean citados y reconocidos por la comunidad científica.
Según Jesús Zamora Bonilla, filósofo español de la UNED, el juego de la ciencia se basa en la lógica del descubrimiento popperiana, que consiste en hacer lo necesario para que los colegas consideren que lo que se ha hecho merece ser tomado como un descubrimiento. En otras palabras, el juego consiste en convencer a los demás científicos de la validez de tus ideas y lograr que reconozcan públicamente que tenías razón.
¿Es el juego de la ciencia un juego de suma cero?
En algunos campos científicos muy competitivos, el juego de la ciencia puede ser de suma cero, lo que significa que el ganador se lleva todo. Sin embargo, en la mayoría de los campos científicos, el juego no es de suma cero y se favorece la cooperación mutua entre los científicos. Esto se debe a que existen ciertos patrones predecibles en las decisiones de los científicos sobre qué resultados considerar como descubrimientos.
De acuerdo con Zamora Bonilla, existen tres condiciones que justifican la participación de los científicos en el juego de la ciencia. En primer lugar, los científicos siguen ciertos patrones en sus decisiones sobre qué considerar como descubrimientos. En segundo lugar, estos patrones favorecen que los descubrimientos tengan propiedades epistémicamente deseables. Y en tercer lugar, los científicos aceptan seguir estos patrones como parte de un contrato social con el resto de la comunidad científica.
Aplicación de la teoría de juegos en la ciencia
La teoría de juegos, que se utiliza ampliamente en ciencias económicas, también juega un papel importante en la investigación científica y la cienciometría. John Forbes Nash Jr., famoso matemático y premio Nobel de Economía en 1994, realizó importantes contribuciones a la teoría de juegos y los procesos de negociación.
En el campo de la cienciometría y bibliometría, uno de los objetivos es determinar la puntuación de un científico en el juego de la ciencia. Para esto, se utilizan métricas de prestigio basadas en citas, financiación de proyectos y premios otorgados por instituciones. La teoría de juegos se utiliza para modelar las interacciones entre científicos, artículos, revistas científicas y otros agentes del sistema científico-tecnológico.
El juego de la ciencia es una parte fundamental del entorno científico y determina en gran medida el éxito y reconocimiento de los científicos. A través de la teoría de juegos, se pueden entender las reglas y patrones que rigen este juego de persuasión, en el que los científicos buscan convencer a sus colegas de la validez de sus investigaciones.
La teoría de juegos también se aplica en la cienciometría y bibliometría, donde se utilizan métricas para evaluar el prestigio y reconocimiento de los científicos. El juego de la ciencia es un reflejo de la importancia de la cooperación y el reconocimiento en el entorno científico, y la teoría de juegos proporciona herramientas para comprender y modelar estas interacciones.
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